Un
día en el campo llovió
y de nada un yuyo se resfrió
y cada tanto hacía "atchís"
y se restregaba la nariz.
En eso llegó un señor
y presentándose como doctor
le dio al yuyo un té de limón
y le dijo que tomara un montón.
Y así el yuyo se puso contento
y podemos seguir con otro cuento.
|