- Bueno, pero ¿vos sabés que hizo Bhuhb la última vez que fue a Indonesia? ¿No?

Bhuhb fue al mercado de Banghog y se compró un kilo de mandarinas.

Porque a Bhuhb le encantan las mandarinas.

Entonces, con su kilo de mandarinas se fue a visitar los templos que hay en los alrededores de la ciudad.

Hay de todo tipo, pero el que más le gusto fue uno que le hizo acordar a los templos budistas de la India.

Los budistas son unos señores y señoras que creen en Dios, en Dios Buda (creo).

Entonces, ese templo, te decía, le recordó a ese otro porque tenia en el frente una imagen enorme de una mujer con ocho brazos, cada uno apuntando para un lugar de la tierra distinto.

Y, lo mas divertido es que, ¿sabés para donde apuntaban los ojos de la señora?

Apuntaban a otra imagen que estaba justo enfrente.

Esa imagen era de un señor que tenía ocho piernas y dos cabezas.

La cabeza de la derecha miraba a la de la izquierda y, ¿sabés a donde miraba la de la izquierda?

¿No?

La de la izquierda apuntaba a otra imagen que estaba arriba del templo.

Esa imagen tenía dos brazos y dos piernas.

Estaba parado y tenia un solo ojo.

Y ese ojo, ¿sabes a dónde apuntaba?

Ese apuntaba a la señora de la primer puerta.

Bhuhb se empezó a marear y decidió entrar para ver como toda la gente comía chupetines de chocolate con leche y maní pelado.

Consiguió ponerse en la primera fila y un señor muy divertido se la pasaba dando vueltas carnero para atrás mientras gritaba: "¡Aloe! ¡Aloe!", que en idioma de gnomos quiere decir "¡Eloa! ¡Eloa!" que es, para los que saben, el nombre de la señora que cuida las flores del bosque de donde vive Bhuhb.

El nombre de Eloa viene precisamente de Morón, Provincia de Buenos Aires y quiere decir "Estoy Loca o Atontada".

Entonces, el señor saco un palito de su bolsillo del pantalón y lo uso para sacarse la cerilla de la oreja. Todos lo miraron un tanto impresionados y la tía de Bhuhb se desmayo. Porque la tía de Bhuhb vive en Indonesia.

Entonces Bhuhb le tiro un balde de agua de la que usan para lavarse los pies antes de entrar al templo y la tía de Bhuhb se despertó y dijo: ‘Que olor a pata’.

Todos aplaudieron y se fueron a jugar a la rayuela de las sandías que consiste en poner sandías en el piso con numeritos pintados y saltar de una a otra y el que rompe la primera se liga un coscorrón.


Fhihf el gnomo travieso

El Color Perdido


La lista de cuentos

El Cuaderno de visitas

Tu carta a Bhuhb

La Portada

 

Las Aventuras de Bhuhb. Textos de Federico Joselevich e ilustraciones de Paola Stefani. Textos © 1998-2007 by Federico Joselevich. Ilustraciones © by Paola Stefani.