En
un país lejano vivía una princesa muy hermosa que se
llamaba Particulica. Estaba de novia con el príncipe Masticolo,
que era un muchacho muy interesante de un país vecino.
Había
también otra princesa, Surubic, que gustaba mucho del él.
Surubic que sabía las artes de la magia, y celaba mucho de la novia
del príncipe interesante.
Un
día, Particulica se puso enfermita.
Todos
inmediatamente pensaron que era otra jugatreta para que Surubic pudiese
casarse con Masticolo.
Él
estaba muy preocupado y no dormía para estar al lado de su
novia que se quejaba agarrándose la panza.
El
gran consejo se reunió. Horas discutieron. Hasta que entró Bhuhb y se hizo un gran silencio.
"Lo que tiene esta chica es un empacho",
dijo Bhuhb tras sacar de debajo de la almohada el anillo de chocolate
que nunca se acaba. Su amigo Ktlyltk lo había perdido la semana
pasada.
Masticolo
se sintió tan molesto por haber desconfiado de Surubic, la
princesa bruja, que la fue a visitar.
Ahí mismo se dio cuenta que ella era
perfecta para él: sabía hacer sopa de coliflor.
Fueron
muy felices.
A
Particulica le salieron granitos de tanto chocolate.
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