La princesa Alba y Lhahl,
la novia de Bhuhb, cumplen años el mismo día.
Por eso, desde que Bhuhb las presentó, festejan juntas sus cumpleaños. El año del que les cuento, Bhuhb decidió hacerles un regalo muy especial a cada una. Por eso, Bhuhb se la pasó retorciéndose la oreja derecha y viajó a todas partes del mundo. Fué a visitar a su amiga Kartula que es una osa polar. También visitó a Ching-Tse-Hong que es un perro pekinés que vive en la China. Se fué hasta la casa de Cirilo, un canguro saltarín que vive en Australia como todos los canguros. Al cumpleaños, como a todas las fiestas que organiza Bhuhb, fueron todos los amigos. Para tomar había néctar de flores otoñales de Burumbí, jugo de miel de abejas de la India y una montaña de helado de chocolate de Suiza. Para comer prepararon galletitas de arroz coreano y galletitas de vainilla neocelandesa. Bhuhb les convidó mate y quedaron todos encantados. La tarde fue para jugar y se hicieron cosas muy divertidas. Los elefantes y los hipopótamos hicieron un concurso de pedos. Tuvieron que llamar a los bomberos para sacar el olor. También hubo una carrera de caracoles y tortugas que se suspendió a las 11 de la noche por falta de luz y porque todos se habían aburrido y habían ido a ver el desfile de luciérnagas.
Al juego de las estatuas ganaron los corales del mar y, aunque nadie sabía si jugaban, les dieron su premio. Bhuhb, a la princesa Alba, le regaló una corona especial para ella. Estaba hecha por mil colibríes, que formaban de una compañía de ballet y que hacían coreografías muy graciosas alrededor de la cabeza de la princesa formando la palabra "Alba" con mil colores distintos.
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